El NERVIO VAGO para muchos un gran desconocido, es un nervio muy castigado debido al estrés y ritmo de vida que llevamos en la actualidad y más en estos días en los que la intención de expandir el MIEDO es un objetivo y realidad. Pero nada más lejos de ello…
El nervio vago es uno de los pares craneales más importantes perteneciente al sistema nervioso parasimpático. (es decir el sistema nervioso que controla las funciones y actos involuntarios). Este sistema es muy importante ya que permite que volvamos al estado de calma y ahorro de energía después de pasar por situaciones de peligro o mucho estrés. Es un regulador de estos dos estados.
Siendo el X par craneal (en total tenemos 12 que se originan directamente en nuestro encéfalo y se distribuyen a lo largo de distintas fibras por medio de agujeros que están en la base del cráneo hacia el cuello, el tórax y el abdomen). Cada uno de estos nervios tiene diferentes funciones. La peculiaridad del NERVIO VAGO es que es el efector neural más predominante del sistema nervioso parasimpático. Es el más largo de los nervios craneales partiendo del bulbo raquídeo descendiendo por el tórax en dos ramales hasta el abdomen, pasando por los diferentes órganos que halla a lo largo del camino.
Interviene en muchas funciones, desde los movimientos de la boca hasta los latidos del corazón. Algunas de sus funciones por ejemplo son:
- Contribuye a regular los latidos del corazón, controla los movimientos musculares y mantiene el ritmo de la respiración en nuestro día a día.
- Mantiene el tracto digestivo funcionando permitiendo la contracción de los músculos del estómago y los intestinos para digerir los alimentos.
- Envía información al cerebro en referencia al estado de nuestros órganos.
- Facilita la relajación después de una situación de estrés, interviniendo así en el descanso.
- Hay un vínculo muy estrecho entre el nervio vago y la ansiedad.
Mantenerlo «sano» es vital para evitar los ataques de ansiedad, estrés desmesurado y demás problemas que suelen conllevar vivir con el sistema nervioso totalmente alterado.
Por eso una de las formas de estimular el NERVIO VAGO es la RESPIRACIÓN CON MEDITACIÓN. Es decir llevar a cabo una respiración consciente, enfocada, dirigida y «escuchada«. Es tan sencillo como eso, tomar un tiempo en el que puedas concentrar tu atención en la respiración. Inhalas por unos segundos, mantienes el aire unos breves segundos y lo sueltas con una sensación de vaho.
Durante las sesiones de Yamuna® utilizamos una respiración consciente, dirigida y enfocada a cada punto que estamos trabajando. Una respiración activa que junto con la pelota crea el estímulo necesario para entrar y acceder a nuestro cuerpo. Así que una de las partes más beneficiosas también del método, es la estimulación del NERVIO VAGO. Un motivo más para aprovechar estos tiempos de parada y observar nuestra respiración.